Un aturdimiento eficaz depende, entre otras cosas, de que el golpe se suministre en la parte correcta del cráneo. Con el fin de garantizar el impacto máximo en el cerebro, la mejor posición es aquella en la que el cerebro esté más cerca de la superficie de la cabeza y en la que el cráneo es más fino. En la mayor parte de animales esta es la región frontal de la cabeza. La posición ideal y la dirección del impacto varían de unas especies a otras, entre especies y dependiendo de si el equipo es penetrante o no penetrante. Para obtener el efecto máximo, la boca del aturdidor de perno cautivo debe sujetarse siempre firmemente contra la cabeza.
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Figura 5: Vista lateral del cerebro de un mamífero Clave: Cerebro superior/corteza cerebral (1), mesencéfalo/cerebro (2), bulbo raquídeo/médula oblonga (3), médula espinal (4) |
Si un animal no queda correctamente aturdido, se debe aplicar el proceso de aturdimiento de nuevo de inmediato. Cuando un perno cautivo penetra en el cráneo, causa un daño masivo e inflamación en torno a la herida; la inflamación absorberá buena parte del impacto del segundo disparo lo que significa que la onda de choque no será transmitida al cerebro de una forma tan efectiva. Un disparo de repetición se debe realizar siempre evitando el área inmediatamente colindante con el primer disparo. Si el primer disparo no da en el blanco, el segundo se debería colocar lo más cerca posible de la posición correcta de aturdimiento posible. Si el primer disparo da en el blanco pero no produce un efecto de aturdimiento efectivo, el segundo disparo se debería realizar por encima y a un lado. Si se requiere un tercer disparo, este debería realizarse por encima y al otro lado del primer disparo. Una vez aturdido, se debería desangrado o descabellar al animal sin dilación.
Los matarifes experimentados tendrán sus propias preferencias sobre el modo en que colocar a los animales para el aturdimiento. El operario no debería tener que concentrarse en mantener el equilibrio ni en tener que inclinarse excesivamente cada vez que aturde a un animal, ya que se cansaría y ello puede llevar a un aturdimiento impreciso. El corral de aturdimiento y el diseño de la cinta son por tanto de máxima importancia tanto para el bienestar del animal como para la salud y la seguridad del operario.
En general, es más fácil si la caja de aturdimiento o la cinta de inmovilización presentan al animal por el lado favorable del matarife, es decir, teniendo en cuenta si es diestro o zurdo. El sistema también debería estar diseñado para que el matarife no tenga que inclinarse para realizar la operación de aturdimiento. Sin embargo, los laterales de la caja de aturdimiento deben ser suficientemente altos para impedir que los bovinos salten afuera antes de ser aturdidos. De forma alternativa, se pueden instalar barras de sujeción por encima.
Cuando se utilice un aturdidor de perno cautivo neumático con una cinta inmovilizadora, se debería equilibrar adecuadamente por encima del punto de aturdimiento para que regrese a la posición de "reposo" sin que el matarife tenga que levantarlo.
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